Madrid - Segovia





Esta ruta llevaba dando vueltas en nuestra cabeza desde hace un año, salir de casa hasta Segovia, comer allí y regresar en tren o en coche. Lo más complicado fue fijar una fecha, complicado cuadrar las agendas de todos, una vez teníamos día nos pusimos con la logística, vimos lo más viable volver en coche. Se dejaron los coches el día anterior en el restaurante y dejamos la ropa de cambio. Hasta prácticamente esa misma semana no lo teníamos muy claro ya que algunos vehículos estaban en el taller, por lo que prácticamente el si seguro fue a mediados de semana, en el último fin de semana de octubre nos esperábamos fresco pero no una bajada importante de temperatura. La hora de salida se aplazó a las nueve de la mañana con cinco grados, salimos desde Madrid río, por el carril bici dirección Colmenar Viejo, es la segunda vez que voy por el carril bici norte, tenemos que cruzarnos prácticamente todo el Madrid Río donde hay mucha gente paseando, y haciendo deporte por lo que tenemos que ir tranquilos y además tener en cuenta que hay varios semáforos. Salimos de carril por el  Puente de los Franceses, pasando por Montecarmelo y enlazamos de nuevo con el carril bici, entre puentes, túneles y el mismo tráfico que la M-30 seguimos controlando velocidad, subiendo repechos y con los famosos falsos llanos en todo el recorrido. A la altura de Colmenar Viejo cogimos la carretera hasta Cerceda donde paramos a desayunar. Llevábamos aproximadamente 60 km y 700 m de desnivel acumulado, llegué cansada y con la piernas doloridas, entre el aire de cara que nos dio desde casa y todo lo que nos quedaba la parada en bóxer me dio una tregua para coger fuerzas, la palmera de chocolate y la tostada acompañada de un café con leche me dio la vida. En ese momento me quité el chaleco y los guantes, aunque hacía frío desde ahí se empezaba a subir y luego me sobra todo.


Lutin Café

Comienza la subida, 16 km y casi 1000 m hasta coronar Navacerrada, el puerto es de 7 kilómetros y una pendiente media de 7%, íbamos cinco y hasta que llegamos al comienzo del puerto fuimos juntos, aguantando la rueda  y sufriendo ya que el aire cada vez soplaba con más fuerza. Los kilómetros 3,4 y 5 se endurecen y el último también, este seguro que no se me olvidará entre la dureza y el frío que lleva a en las manos se me hizo eterno, no lo recordaba tan largo, jajaja. La realidad es que lo subí bastante más lenta que este verano, el desgaste de la ruta, el frío y el viento me pasó factura. Coronamos Navacerrada, foto de rigor, guantes, chalecos y a bajar con cuidado que estaba el asfalto húmedo y hacía un frío del ….

 
Bajando por las siete revueltas, hizo mucho frío, las manos se me quedaron heladas, los guantes que llevaba no fueron los adecuados para los 0º, eso sí, disfrutamos de un precioso paisaje, este lado de Navacerrada me parece más bonito, las curvas en herradura, los miradores, la boca del Asno, todo frondoso, una vegetación agradecida gracias a que las semana previas no ha parado de llover y ha hecho que los verdes sean clorofila, los árboles se tiñan de ocres, rojos y amarillos, un verdadero regalo cromático. Se nos hizo corta la llegada a Segovia por La Granja, el Río Eresma y el Embalse del Pontón. Una vez entramos a Segovia se divisaba perfectamente el acueducto, hacía muchísimos años que no iba a Segovia y me trajo unos recuerdos preciosos.


Bajamos hasta el Acueducto donde nos hicimos foto grupal y foto individual. Estábamos deseando llegar al restaurante a entrar en calor. Bordeamos por una calle con encanto y un paisaje de cuento de hadas desde donde se alzaba el Alcazar. 


En el Restaurante San Marcos nos prepararon una mesa en una terraza, cerrada y acondicionada, donde pudimos dejar las bicis en una zona desde dónde  las veíamos. Abrimos boca con unos entrantes antes de saborear el típico  plato segoviano, su cochinillo lechal y,  por supuesto, bañado con un Ribera de la casa que hicieron delicia en nuestro paladar. No hay esfuerzo sin recompensa y está claro que ese cochinillo bien merece la pena, en buena compañía y con muchas calorías gastadas se multiplica su sabor.



Ha sido un Madrid - Segovia hecho con mucha ilusión, 108km y 1756 m de desnivel acumulado, primer día de largo y una bajada de temperatura de 5° con respecto al día anterior, viento de cara de principio a fin, subida a Navacerrada con mucho tráfico, pero me lo he pasado bien, he sumado una experiencia más, los compañeros han estado más que a la altura ( yo soy la lenta del grupo) y el paisaje precioso. Sí, lo volvería a repetir, y espero que se convierta en una tradición donde vayamos los mismo y se sumen más amigos a acompañarnos. 

P.D. Segovia, que historia guardas entre tus piedras, te recordaba hermosa, aunque se me quedaron borrosas las pinceladas en mi memoria, un volver a vivir un momento muy especial en mi vida el día que te visité hace veinte años, donde sin saberlo íbamos a tener un antes y un después 🫶.


                                 Ruthilante 

Comentarios

  1. Grande Ruth, a seguir sumando!

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    1. Gracias!! Las sumas bien acompañada se convierten en multiplicaciones. Un abrazo

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  2. Como disfrutas de todo! Me encantan tus crónicas!

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