
Cuenca, Patrimonio Mundial de la UNESCO. El pasado año participamos en la primera Marcha Hermanos Herrada, y aprovechamos a pasar el fin de semana en la ciudad. Ya la conocíamos pero estuvimos de pasada y hace muchos años, nos pareció una ciudad preciosa no solo por sus casas colgantes, quedamos enamorados de sus calles empinadas y empedradas, junto con el conjunto histórico medieval tan bien conservado. La marcha sale de la ciudad , en 2023 cruzamos todo el centro hacia la Catedral, por las calle principal empedrada, con mucha pendiente, fue una sorpresa de salida, y en aquella ocasión nos dirigimos hacia la Ciudad Encantada, subiendo el puerto de Valdecabras hasta llegar al puerto de las Majadas donde comenzaba el tramo cronometrado. Ahí dimos la vuelta hacia la ciudad ya que la marcha se suspendió, la zona que vimos de la Serranía de Cuenca nos pareció preciosa, entre otros motivos es lo que nos animó a volver este año.
En esta ocasión íbamos directos desde Madrid, ida y vuelta+marcha+vuelta, sí una paliza pero no teníamos otra opción. Como siempre nos levantamos muy muy temprano para salir tranquilos y llegar con tiempo para aparcar, ir a por los dorsales y poder acercarme al stand de Wahoo para probar su dispositivo GPS, que me tocó en un concurso. La hora de salida de la marcha era a las 9h y la hora prevista de llegada a Cuenca era a las 8:05h, a falta de 15 minutos nos desviamos para Cuenca y nos damos cuenta que el GPS nos añade 50 minutos, ¡ qué ha pasado! Lo comprobamos y en efecto, en algún momento del trayecto nos equivocamos y estábamos a 50 minutos de Cuenca, nos empezó a entrar los nervios íbamos muy justos para coger dorsal, aparcar, salir, … bueno un desastre. Llegamos por los pelos, corre a por los dorsales, mientras Angel aparcando y montando las bicis, hacer un pis, poner los dorsales, ponernos el maillot de la marcha, … estábamos en la salida a las 8:50h.
maravillados
Y allí coincidimos con los amigos del Club Ciclista Aranjuez, tercera marcha en la que coincidimos y siempre es un placer y una alegría verlos, y dan el pistoletazo de salida. Los primeros 30 km son neutralizados, y también tuvimos la ocasión de ver a Miguel un compañero de la grupeta de Villaverde, él iba con un grupo y quedamos en vernos en la llegada, en esta ocasión rodeamos Cuenca por el Parador paralelos al río Huécar, bajando por el Castillo, íbamos tranquilos y en algunas zonas se iba muy lento al estrecharse la carretera y cuando el sol de la mañana nos daba de frente haciendo que tuviéramos poca visibilidad, por lo tanto los primeros kilómetros se disfruto del entorno y fue un buen calentamiento para el primer puerto y el tramo cronometrado de 11 km del Puerto de las Miajadas, una vez llegamos ahí Ángel hizo el tramo a su ritmo y yo al mío ya nos veríamos en el avituallamiento que había justo en la bajada del puerto ( donde terminó la marcha la edición pasada ).
Ese tramo lo comenzamos con pie a tierra ya que solo se podía pasar por el lado derecho para pisar la cinta, imaginar a cientos de ciclistas intentando pasar, en fin quitando ese pequeño contratiempo a subir se ha dicho, primer kilómetro muy llevadero y a partir del primero un puerto tendido pero con tramos de porcentaje alto, solo veía en el Garmin el perfil del puerto y su porcentaje, no llevaba puesto ni la velocidad, ni el pulso, ni el tiempo, quería hacerlo por sensaciones y sin condicionarme. En el kilómetro 8 coincido con dos chavales y me pareció buen ritmo de subida y comenzamos a hablar, eso siempre hace que se haga más ameno una subida larga, así que hasta los dos últimos kilómetros seguí con ellos hasta que me adelantó una chica y …. Oye come que me piqué y entonces empecé a apretar hasta que la cogí, luego ella justo en la llegada de la crono me volvió a adelantar, en realidad pensé que tontería he hecho, ya que ella al alcanzarme había subido más rápido que yo, y por otro lado tampoco me jugaba nada, tengo muy claro y soy muy consciente de mi nivel y que no estoy entre las tres primeras mujeres de la prueba en subir el puerto, pero bueno cosas de la bici y del orgullo, o lo que digo muchas veces, hay que ponerle salsa a las cosas que hacemos.
En el avituallamiento estaba Angel esperándome, se había dado un buen calentón, allí paró muchísima gente y coincidimos con Antonio, un amigo ciclista y conocido de Instagram, es encantador.
Ahora comenzábamos los restantes 80 km por el tramo que no conocíamos, dirección Uña, por una zona de araboleda y llena de toboganes siempre picando, merecidas vistas el del embalse de la Toba y el río Júcar, pero que cansancio, el apretón de la subida del puerto, el aire que hacía y la velocidad a la que iba, una mezcla perfecta para no montar en bici durante una buena temporada. En mitad de una bajada se nos cruzaron dos vacas blancas muy bonitas, íbamos tranquilos y también nos avisaron de que justo habían decidido que no las apetecía el pasto del lado izquierdo de la carretera y se cruzaron al derecho. Una vez llegamos al cruce de Fuente del Pino dirección Uña, 9 km llaneando con el aire de cara, y seguía desgastando y las pulsaciones por las nubes, entre tanto me comí una ensaimada, necesitaba energía, justo en Uña paramos a beber y comer algo antes de la última subida, en realidad son 10 km hasta la Ciudad Encantada, un porcentaje medio del 2,4 %, visto así parece pan comido, es asequible pero seguíamos acompañados del viento y no precisamente nos daba de culo, por lo que en los tramos de pendientes más pronunciadas sufría y en las menos pronunciadas sufría el doble porque se tenía que ir más rápido. Pero esos diez kilómetros no dejan indiferente a nadie, entre las rocas y la vegetación, unos cortes en las cuencas que te dan ganas de volver.
Una vez terminado comienza la bajada y regreso a Cuenca, hasta bajando tuve que dar pedales, por culpa del viento y su mala leche, y gracias a que iba a rueda de Ángel y me facilitó estos tramos pero también me apretó y mucho.
Rodando hasta la meta llegamos como siempre con una sonrisa y la satisfacción de una marcha terminada, nos sentamos a comer y recuperar fuerzas, saludamos a todos los conocidos y coincidimos con uno de los Hermano Herrada, José, con el que me hice una foto y me preguntó que qué me había parecido la marcha.

Y que le iba a decir, la verdad, que es una marcha muy bonita, ya no es solo por el entorno, la gente es maravillosa, los voluntarios son lo mejor de la marcha, amables, colaboradores, animan muchísimo, la organización genial, facilitan a los que venimos de fuera dando información de sitios donde aparcar, donde hospedarnos, horarios, itinerario, … la llegada a meta es intensa con la gente animando, las fotos, entrevistas y la entrega de la medalla de finisher, la zona para dejar las bicis, la zona de la comida, la comida, los sorteos de los regalos , que hay muchísimos, aunque no nos haya tocado nada, pero hay muchos regalos. En resumen, marcha muy recomendable para todo cicloturista.
P.D. Cuando se sufre hasta bajando, acabas agotada pero con una sensación de un trabajo intenso y de esfuerzo.
Ruthilante
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