No hay palabras, nos levantamos muy temprano y cogimos un buen ritmo. Eso es las ganas que teníamos de llegar a Santiago, cuando subimos al Monte del Gozo ya lo teníamos ahí, estaba Santiago esperando a todos los peregrinos.
Es emocionante pensar en cuando llegamos a los pies de la catedral que ciudad con tanta belleza y tanta cultura.
Cogimos la ansiada Compostela, dejamos las mochilas y ahora tocaba entrar en la Catedral.
Una hermosura, tengo que ir con más tiempo, abracé a Santiago y me acorde de todos mis seres queridos. Una paz y una avalancha de recuerdos me vinieron a la cabeza, no pude evitar emocionarme.
Hermoso el Camino, yo lo encontré y tú?
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