Terminada y bien terminada, con todo los nervios y la preocupación que tenía, al final fue una carrera en la que sufrí mucho menos que en otras ocasiones y donde mentalmente no me dieron ganas en ningún momento de parar.
El domingo fue un día frío y ventoso, en el polideportivo de Aluche recogí el dorsal, donde sería la meta, regresé al coche para dejar el abrigo y prepararme para la salida, me llevé una par de galletas para comer antes de la salida y un gel, nunca he comido nada corriendo pero pensé que si en la bici me daba buen resultado por qué no probar en carrera a pie, la idea era tomarlo antes del último avituallamiento en el kilómetro 15 para luego poder beber agua. Y ahí estaba yo en el coche metida comiendo mis galletas evitando el frío que tenía y apurando los minutos, salí calentando hasta la meta y pistoletazo de salida.
Me puse al final y a la altura de la liebre que marcaba 2:00h y a dejarme guiar, ni de broma pensaba hacer dos horas ya que en las salidas de carrera de este año no he sido capaz de hacerlas a medias para conseguir ese tiempo, pero bueno por tener una media o un objetivo visual e intentar mantener una constante. Increíble los primeros kilómetros muy a favor, bastante suelta sin forzar demasiado y atenta a conversaciones, y compañeros de carrera, me quedo alucinada con los que no paran de hablar, si a mí me cuesta un triunfo mantener la respiración controlada como para ponerme a hablar …a los 7,5 km un buen repechón y a la entrada en la casa de campo una cuesta super empinada , que era corta pero se hace más bola que el filete de ternera más tieso que un zapato.
Y entramos a la casa de campo, maravilla, recorrido bonito pero, ahí viene la cara B, ya no existía ni un tramo llano, o eso me pareció a mí, subida y subida, en el km 14,5 me tomé el gel y claro una bajada de velocidad porque eso de comer y correr a la vez … no es lo mío, era o bajar el ritmo o arriesgarme a ahogarme en mi propio gel 😂😂. Bebí un poquito de agua y al rato estaba a los pies de la cuesta de las cuestas, donde había crono para los más rápidos, cuesta Aisa y salida de casa de campo, esto fue el remate a los 16 km te meten esa pedazo de cuesta que te deja las piernas como el “flan Dhul” , y tras la salida de la Casa de Campo un pequeño respiro de 100 m y hasta la meta subidita, sin cuestas pero picando.
Empezaba a notar las caderas muy cargadas y un poco doloridas pero mantuve una constante y no podía ni quería parar, muchos compañeros siguen caminando recuperan y vuelta a trotar, pero estoy segura que a mí esa opción no me beneficiaría, pensando en lo poco que me quedaba y animada por los voluntarios y vecinos llegué a meta , increíble cuando vi el reloj que entraba dentro de las 2h.
Y fin del objetivo, a por mi medalla bien merecida y mi bolsa de corredor, por cierto muy buena bolsa, estiré un poco, pedí que me hicieran una foto y de vuelta al coche a por el abrigo que me estaba quedando helada.
En el coche me quedé esperando a que pasaran los últimos participantes y aproveché a animarles, solo les quedaba el último kilómetro y es cuando más empuje te hace falta.
Otra media maratón para mis piernas y experiencia, de esta me quedo con cómo he sabido controlarme tanto en ritmo como en ánimo, debe ser la edad y que la experiencia es un grado. Pero si debo reconocer que hay que entrenar más, dedicar más días a las series y hacer tiradas largas.
Este año mis objetivos están más enfocados en dos marchas cicloturistas muy exigentes para mi nivel y experiencia, donde tengo que dedicar muchas más horas de entrenamiento que corriendo. No creo que salga muchas más veces a correr hasta que terminen, a no ser que llueva o no tenga mucho tiempo y siempre es muy buena opción atarme las zapatillas para hacer cardio, despejar cabeza, evitar estrés y liberar el alma.
P.D. No tires la toalla, si has trabajado, esforzado y sacrificado siempre hay que hacerlo, saldrá mejor, peor o en ese momento por circunstancias no se puede terminar. Pero nunca dejes de intentarlo.
Ruthilante
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