Cycling Los Yébenes


Lo voy a hacer bien, así es como me he levantado hoy, autoconvenciéndome, por la sensación de no haber hecho bien del todo los deberes.  Solo quedan cinco días para la última prueba cicloturista del año, La Marcha Hermanos Herrada, en Cuenca, en la que el año pasado participé pero no se finalizó debido a una desgracia, falleció un participante. Por este motivo, la buena organización, el apoyo y respeto de los cicloturistas a la marcha y a la familia del fallecido tenía claro que quería volver.

Estoy muy desorganizada desde julio, si que es verdad que no he dejado de montar en bici, he subido muchos puertos y he tenido bastantes salidas al máximo de mis fuerzas, pero tengo la sensación de que lo he hecho mal, desde los entrenamientos sin orden, pasando por una mala nutrición y malos hábitos.

Me diréis que eso es lo que tiene el verano, las vacaciones, el estar más relajada,… pero en realidad el orden y el control solo depende de uno mismo, ponerse límites y obligarse a llevar un plan. No me quejo de mi estado físico, sí que podría estar un par de kilos más delgada, haber seguido con el yoga para ayudarme con la fuerza, el core,  estiramientos de espalda y cadera, haber dormido más horas, pedir agua en vez de cerveza, ir a trabajar todos los días en bici y dejarme de escusas… , aunque vuelvo a  repetir estoy en uno de mis mejores momentos, siento que podría haberlo hecho mejor.

El sábado pasado por fin pude participar en la salida por la zona de Toledo con unos buenos amigos, ellos forman parte de mi recorrido en este deporte, he aprendido a ir en grupo, colaborar, esperar, que me esperen ( muchas muchas veces), a que los desayunos sean un puente para hablar de nosotros y ponernos al día, a tener un buen post-entreno con el mejor “recobery” . Me siento con ellos muy a gusto y les estoy muy agradecida por tratarme siempre con tanta generosidad y cariño. Quedamos en Los Yébenes a las 8:15 para salir sobre las 8:30, salimos de Madrid con Paco y Félix sobre las 6:45 para ir con tiempo, pasando Yuncos a unos 45 km nos dimos cuenta que se nos habían olvidado los cascos, nos dimos la vuelta y avisamos al resto de los compañeros que no nos esperaran, íbamos tarde, teníamos al ruta en el GPS e intentaríamos ir en su búsqueda. A partir de ese momento sabía que estaba perdida iba con tres tíos fuertes en la bici, me iban a llevar con el gancho desde el primer metro. Llegamos a Los Yébenes y comenzamos a pedalear, hacía fresco pero decidí no ponerme los manguitos porque el frío me iba a durar el tiempo de dar dos pedales, efectivamente no habíamos salido del pueblo y aunque era terreno favorable ya estaba sudando. Digamos que en los primeros kilómetros íbamos acompañados del viento, nos daba de lateral y aguanté bien a rueda, no fue fácil pero no sufrí demasiado. Una vez giramos hacia el primer tramo, se complicó el terreno, encarando un falso llano hasta los toboganes de la estación de Urda hasta Caracuel, con el viento dando guerra, uno de esos días que no se puede hablar de la sordera que te produce el soplido de Eolo, y al girar a la izquierda hasta Caracuel tuvimos un tramo favorable en pendiente y con el viento de culo, ahí volamos, de momento ni una tregua, me costó comer y beber, y de fotos ni hablamos … volvimos a girar a la izquierda hacia Ballesteros y "zasca" airazo que nos dio, aún no habíamos alcanzado a la cabeza del grupo, estaba complicado, habían salido más de 30 minutos antes, la previsión era parar en Los Cortijos a desayunar, aproximadamente en el kilómetro 80. Desde el cruce hacia Los Quiles, pasando por Valdehierro, Las Povedillas y hasta llegar a Los Cortijos llevábamos una media bastante alta (para mí), en Los Quiles les dije a mis compañeros que las piernas las tenía bastante cargadas, quedaban 20 km para llegar al pueblo a desayunar y en cada sacudida de viento y en cada repecho perdía la rueda y a apretar, no veía el momento de parar. Llegamos a Los Cortijos y ahí estaba el resto del grupo, desayunamos bien fuerte, carne con tomate, venado, Coca Colas, corzo, …  comimos bastante bien porque el resto de los cuarenta kilómetros nos iba a ser el aire totalmente de cara y lo sabíamos 😂😂. Ahora con un grupo más grande, el desagradable viento lo íbamos a llevar mejor. Nos tocaba volver a hacia Caracuel, lo que habíamos bajado con aire de culo, ahora nos tocaba subirlo con aire de cara, la subida del Emperador nos lo tomamos con tranquilidad, y buena pedalada, hasta que llegamos a la recta infinita, ahí los caballos se descontrolaron un poquito y se gozó el tramo bastante. Muchas risas y con la satisfacción  de haber hecho un buen trabajo llegamos a Los Yébenes, foto de grupo y a cambiarnos para celebrar. 




Comimos en un restaurante, donde el trato, la comida y el ambiente están de la mano Jardines El Artillero

Tras la experiencia del sábado, me quedé con muy buenas sensaciones pero hoy es lunes y especialmente se me está haciendo cuesta arriba, solo de pensar que tengo que coger el rodillo para hacer los dos últimos entrenamientos (suaves) antes de la marcha me dan ganas de ponerme a hacer limpiezas generales para tener la excusa de falta de tiempo, jijijiji.

 

Ya veremos que tal se da el sábado, iremos directos desde Madrid, otro supermadrugón.

 

 

P.D que los kilómetros me acompañen.


   


 

                                                                                                                                 Ruthilante

 


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